Macarons de violetas con ganache de chocolate

Hay veces que las recetas surgen sin más, no las buscas, no las piensas, vienen a ti. La semana pasada nos regalaron un bote de violeta en pasta, y fue mirarnos y decidir inmediatamente lo que íbamos a hacer con ese bote, bueno con todo el bote no pero con una cucharadita sí, macarons de violetas rellenos con ganache de chocolate.

 

Algunos de vosotros os preguntaréis pero ¿qué es un macaron?



Los macarons fueron inventados por los italianos en el siglo VIII, y fue Catalina de Medicis quien los introdujo en Francia al casarse con el Duque de Orleans, futuro rey de Francia en el siglo XVII.

 

Hasta el siglo XX la receta ha sufrido muchas variaciones pero la más importante tuvo lugar en 1930 cuando Pierre Desfontaines, pastelero de la mítica Ladurée, unió por primera vez dos macarons con un ganache. Pero quien realmente modernizó y popularizó el macaron al relanzarlo con originales combinaciones de sabores y colores fue Pierre Hermé.

 

Estos pequeños merengues hechos con clara de huevo, almendra y azúcar glas no solo están deliciosos, sino que además resultan irresistibles por su mero aspecto. Debajo de su finísima costra se esconde un tierno y ligero interior, y su cremoso relleno, ya sea de mantequilla, ganache o mermelada, se deshace en la boca.

 

 

Y ahora sí vamos con la receta.

 

MACARONS DE VIOLETAS CON GANACHE DE CHOCOLATE

 

Ingredientes

 

Para los macarons (Para 50 mitades, 25 macarons completos)

• 90 gr de almendra molida
• 150 gr de azúcar glas
• 2 claras de huevo (72 gr de clara)
• 1 pizca de sal
• 20 gr de azúcar
• Colorante alimentario en pasta (nosotras usamos Americolor Regal Purple)
• 1 cucharadita de pasta de violetas

Para el ganache de chocolate

• 150 gr de chocolate negro para fundir
• 150 ml de nata
• 40 gr de mantequilla

Preparación

Lo primero que hacemos es moler la almendra con el azúcar glas, cuando ya estén molidos los pasamos un par de veces por el tamiz para que queden lo más fino posible.

 

Ponemos las claras con la sal en el recipiente de la batidora y las batimos hasta que se empiecen a poner blancas. Entonces incorporamos el azúcar, seguimos batiendo hasta que se haya disuelto el azúcar y las claras estén a punto de nieve. A continuación, añadimos el colorante y la pasta de violetas y volvemos a batir. Por último agregamos la mezcla de almendra y azúcar glas en tres tandas, mezclamos con la ayuda de una espátula con movimientos envolventes. El merengue debe tener una textura a la vez pegajosa, consistente y ligera.

 

 

Forramos dos bandejas de horno con papel vegetal. Pasamos la mezcla a una manga pastelera con una boquilla lisa y hacemos unos 25 círculos de unos 2 cm de diámetro. Cuando hayamos acabado damos un golpe seco a las bandejas para que se liberen las burbujas de aire.

 

Dejamos secar los macarons, ¿cuánto tiempo? Pues depende. Depende del calor o del frío que haga e incluso de la humedad, eso puede ser 20 minutos o 4 horas. Resumiendo estarán listos para meter al horno cuando los toquemos y no se nos pegue la masa al dedo.

 

Mientras tanto, precalentamos el horno a 150º y los horneamos unos 12 minutos, primero una bandeja y luego la otra. No deben oscurecerse demasiado. Cuando estén hechos los sacamos del horno y los dejamos enfriar.

 

 

Cuando estén fríos los rellenamos con el ganache de chocolate. Calentamos la nata en un cazo hasta que hierva. Apartamos del fuego y agregamos el chocolate troceado. Con las varillas, lo removemos bien hasta que el chocolate esté totalmente deshecho. A continuación incorporamos la mantequilla. Lo dejamos enfriar 24 horas en el frigorífico.

 

Una vez reposado los montamos con las varillas, lo pasamos a una manga pastelera y rellenamos y montamos nuestros macarons. Una vez montados los dejamos en el frigorífico hasta que vayamos a servirlos.

 

 

Así que ya veis los macarons tan sencillos y a la vez tan complicados, tan simples y a la vez tan diferentes del resto de las galletas y pastas… No dejéis de probarlos porque están exquisitos.